Fue uno de los hombres más importantes en la industria de la tejeduría de la seda en los Estados Unidos.
Nacido en Rogeno, en la provincia de Como, el 6 de agosto de 1845, el señor Giuseppe Ratti emigró a América en 1879. Conocedor del arte de trabajar la seda, oficio que había aprendido en Lombardía, fundó su primera fábrica en West Hoboken, Nueva York.
Los comienzos no fueron precisamente fáciles. El señor Ratti, de hecho sufrió algunos graves fracasos, pero a pesar de las dificultades nunca perdió su innata honestidad ni su habilidad empresarial. Por eso pudo encontrar crédito fácilmente y una vez superadas las dificultades, tuvo la fuerza económica para trasplantar su negocio a un lugar más favorable así como para ampliar la actividad.
Tras dedicarse con diligencia a visitar varias localidades, en 1888 eligió el alegre pueblo de Bloomsburg, en Pennsylvania, al considerarlo el lugar más adecuado debido a la cercanía de excelentes minas de carbón. Allí fabricó el «Silk Mill» en el que trabajaban a pleno ritmo, bajo la hábil dirección del señor Yorks, cuatrocientos obreros y obreras para la tejeduría de la seda (346).
Después de algunos años esta fábrica dejó de ser suficiente y el señor Ratti fundó otras dos en Lock Haven, Pa, (450 telares) y en Jersey Shore, Pa, (250 telares).
En total entre las tres fábricas, se dio trabajo hasta a mil cien obreros de ambos sexos en un total de 1046 telares. La producción regular llegó a tocar los tres millones de yardas de tela de seda de diversas calidades, por un valor de entre dos millones y dos millones y medio de dólares al año. Los agentes de venta eran los señores Fleitman e Co., No. 490 Broome Street, New York City.
Hasta 1889 el Señor Ratti, cuyos negocios siguieron prosperando, fue el tesorero y dueño de la mayoría de las acciones de la empresa llamada «Bloomsburg Silk Mill».
Gracias a la importancia de sus negocios y a sus cualidades personales, el señor Ratti fue considerado siempre uno de los primeros ciudadanos de Bloomsburg, Pa. y entro a formar parte del consejo directivo de los dos bancos locales, de la «Italian American Trust Co.» de Nueva York y de otras instituciones.
En marzo de 1906 el señor Ratti fue nombrado vice presidente del consejo del «Labor Bureau», que se fundó durante aquellos años en Nueva York para ofrecer asistencia a los emigrantes y para una mejor distribución de los mismos en los Estados Unidos.
De corazón bueno y generoso, el señor Ratti, que permaneció soltero, no quiso esperar hasta su muerte para dedicarse a algunas obras de beneficencia. Hacia finales de 1905 corrió con los gastos de la construcción de un pequeño hospital modelo con treinta camas en Bloomsburg, organizado y equipado siguiendo los sistemas científicos más modernos, abierto a las personas más desfavorecidas de cualquier nacionalidad, sin distinción de religión ni de color de piel.
Este hecho le honró sobre todo considerando que en Bloomsburg residían en aquellos tiempos varios americanos más ricos que él, pero mucho menos generosos. A pesar de no llegar a contar con más de siete mil habitantes, Bloomsburg, situada a orillas del Susquehanna, rodeada por verdes colinas, a principios del siglo XIX era un centro ferroviario e industrial muy respetado: había en ella fábricas de alfombras, de plumas estilográficas, de pupitres de escuela, de vagones de mercancías,
fundiciones, una fábrica para la tejeduría de la lana. Además de las varias escuelas de primaria, un instituto y el “Normal College” estatal, con mil doscientos alumnos de ambos sexos que estudiaban para convertirse en maestros.
Cada año, durante todos los años de su vida, Giuseppe Ratti solía transcurrir algunos meses en Italia, donde vivía su única hermana. En 1905 también fue nombrado alcalde de su pueblo de origen, Rogeno, donde más adelante fundó una bonita guardería infantil.
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